¡Noviembre Espartan@s! Este mes me gusta, definitivamente. Ya pasó el mes de las agujetas y de la dificultad de empezar a correr; también el mes de las cuestas sin parar. No es que ahora deje de hacer, pero ya no son todos los días de series. Ahora llega el mes de ponerse en forma corriendo, de empezar a soltar las piernas con este fresquito que tanto me gusta a mí.
Aunque
por otro lado ya se acumula el entreno y el gimnasio y la mitad de
los días estoy cansada. Pero hay que aprender a relajarse e ir
despacio si hace falta, que al final el entreno cuenta también, y no
hay que dejarse la piel, eso solo es para la competición. Yo no
acabo nunca esprintando un entrenamiento, hay que guardarlo para las
rivales.
Pues
bien, ahora es cuando nos merecemos que le pongan nuestro nombre al
circuito del bosque de la casa de campo, ya que subimos todos los
días. Se nota que nos gusta el cross. Da igual que toquen series
cortas, que largas, que cambios o cuestas. Las series cortas las
hacemos en la recta principal, donde está medido cada 100 metros,
recta para arriba, recta para abajo. Las series largas alrededor del
circuito que tiene 4000 metros y está medido cada 1000. Las cuestas
en la salida del primer mil. La verdad que el que diseñó el
circuito pensó que qué mejor que salir calentitos ¡con una cuesta
de 300 metros!
Pero
a mí me encanta, de hecho, lo que me da pereza es quedarme en el
anillo de césped del Inef dando vueltas, por muy rápido que sea
este y muy lento y duro el bosque. Es verdad que se va mucho más
despacio, pero para nosotros tampoco es el momento de ponerse rápido.
Para compensar ganas fuerza con el sube-baja y el esfuerzo es el
mismo o mayor. ¡Es como si cada día corriésemos un cross! Se va
entre 5 y 10 segundos más despacio por mil que en el césped. Por
ejemplo cuando en el bosque voy a ritmos de 3:30 es que no está nada
mal.
Me
gusta tanto que incluso cuando a veces todos se quedan abajo porque
llueve (a veces no hay más remedio cuando ya ni se ve de la que cae)
o porque prefieren hacer el entreno en el anillo, me subo yo sola con
mi compañera Diana Martín, que le pasa lo mismo que a mí, sin
entrenador ni nada, y allí nos encontramos las dos con todo el
bosque para nosotras solas. Además, ¡no me puedo quejar de
compartir bosque con nada menos que una medallista europea! A la que
admiro cada día más, por mucho que ya la conozca de años y me haya
acostumbrado a su amistad.
Noviembre
marca también el inicio de la temporada. Tengo que pensar cuándo
voy a debutar. Atapuerca es el cross con más nivel de España, pero
es demasiado pronto, hay gente que ya está muy bien y encima el
clima es siempre horroroso, aunque la verdad es que yo gano con las
inclemencias. Pero como ya se me pasó la época en que luchaba por
el Europeo de Campo a Través en categorías menores, tampoco me
apetece meterme en esa guerra.
¡A
Alcobendas voy seguro! Este es el mejor cross de Madrid y me motiva
mucho. Lo llevo corriendo desde pequeña y lo he ganado en algunas
ocasiones. En senior corren africanas y las mejores españolas, así
que ya lo de ganar es imposible, pero a ver si pillo desprevenida a
alguna y la gano.
Es
un cross durísmo, con cuestas a lo largo de todo el recorrido.
¡Espero que todo el entrenamiento de octubre me haya servido para
algo! Y aunque las demás no quieran, a ver si llueve el día
anterior y se forma bien de barrito en la zona del césped para
añadir un plus.
En
este cross hay también una prueba popular que merece bien la pena
aprovechar para correr. Espero ver a muchos Espartan@s ahí, pues hay
muy pocas pruebas populares en Madrid de campo a través, y es otro
mundo a las de ruta. Además siempre hay muchísima gente animando en
el parque. Así que, ¡nos vemos!
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