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Virgen de la Paz, patrona de Alcobendas, en procesión |
Cuenta la leyenda que en un poblado llamado Fuentidueña una pastora, caminante junto a su rebaño, se detuvo al oír un extraño ruido. Dirigió su mirada al lugar de dónde provenía y observó como una nonagenaria higuera aleteaba sus hojas. Entonces decidió aproximarse y descubrió el origen de tal asombroso hecho: la imagen de la Virgen de La Paz.
A pesar de que su patrona, su nombre derivante de la palabra arabe "alcoba" y uno de sus papeles por su situación en la Comunidad, el de Ciudad- Dormitorio, Alcobendas ha sido y es una población en constante movimiento.
Influenciada en muchas ocasiones por las decisiones tomadas en la Corte, su futuro ha pasado por las manos de distintos linajes, como el rey Enrique II de Trastámara, el noble Pedro González de Mendoza o los Condes de PuñonRostro.
La actividad agrícola, basada en viñedos y cereales e enriquecida por las aguas del Río Jarama, y ganadera vertebrarían la vida diaria de sus habitantes, no más del millar hasta viene entrado el Siglo XX.
La oleada migratoria en busca de trabajo de los 50 repercutiría de manera decisiva en su conformación, a nivel ocupacional duplicando su censo(1347 hab. en 1900, 25000 en 1970, 95104 en 2002 y 112.188 en 2014) ; y urbanístico con el establecimiento de las primeras factorías y su expansión territorial con zonas como La Moraleja o El Encinar de los Reyes.
La nueva era ha convertido Alcobendas en una villa al corriente de las vanguardias, en su forma gracias a edificios como el Centro de Arte, el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología o la querida Menina; y en su contenido adoptando los vehículos vitales que conducen al bienestar de los alcobedenses, fundamentalmente la cultura y el deporte.
Todo ello hacen que camine con firmeza y sea en pos de la modernidad una de las poblaciones referentes en la Región.
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Museo Nacional de Ciencia y Tecnología |
David Corbacho Hernàndez