- Uno de los más grandes errores que suelen cometer muchos atletas,ya sean esto profesionales o populares,veteranos o noveles, es competir llamemosle así "a lo loco",sin tener en cuenta factores como la distancia o el recorrido.
Si nos detenemos a analizar las causas de este comportamiento estas son principalmente dos: la primera que el atleta solamente escuche a su cuerpo a nivel físico, y que encontrarse extremadamente bien,con fuerzas,le lleve a lanzarse desde el principio; y la segunda, la poca conciencia para afrontar la distancia y el recorrido que te lleve a comportamientos como correr a ritmos superiores a los habituales para ganar a fulano o a mengano o afrontar los tramos favorables a toda velocidad para llegar a una pendiente o al tramo final sin un gramo de fuerza.
Por eso resulta de vital importancia cuando vamos a tomar parte en una carrera,ya sea de 10,21 o 42 kilómetros, correr con cabeza ,tomando en cada momento o tramo la decisión más acertada que nos lleve a nuestro objetivo final.
Hace poco tuvimos la ocasión de presenciar dos claros ejemplos de lo que hablamos en las pasadas pruebas de maratón del Campeonato de Europa que tuvo lugar en Zurich: reseñemos breve-mente más detalles: 42,195 kilómetros,4 vueltas a un circuito y 4 subidas al Observatorio Astronómico muy duras.
Pues bien,un ejemplo de correr con inteligencia la encontramos en la figura de la portuguesa Jessica Augusto: ya nos lo había demostrado en la maratón olímpica de Londres 2012 cuando decidió no seguir el ritmo impuesto en el grupo cabecero durante los primeros kilómetros y esperar al ataque africano, como así aconteció, para que a muchas rivales comenzarán a faltarle las fuerzas y,en consecuencia,adelantarlas. Así obtuvo el diploma olímpico.
En Zurich tomó la misma decisión,aun con razón de más con la cuádruple subida y de nuevo acertó. Sabía que si afrontaba las dos primeras vueltas con un gran ritmo las fuerzas fallarían en la parte final así que decidió reservar y esperar: de esta manera volvió a adelantar rivales y llevarse la medalla de bronce.
El caso opuesto lo vimos en la prueba masculina en la figura del atleta polaco Piotr Chabowski: cuando atacó en la segunda vuelta,faltando casi 25 kilómetros para finalizar la prueba dijimos que locura: podían ocurrir dos cosas: uno,que aguantará el fuerte ritmo( llegó incluso a ir por debajo del récord de los campeonatos) y a pesar de aminorarlo,fuera tal la distancia entre él y los perseguidores que resultará imposible atraparle: y otra,la más probable, que los kilómetros y sobre todo las subidas le hicieran mella y acabarán con sus fuerzas al final: fue esta la que se produjo además con tan trágicas consecuencias como no poder afrontar la última subida,y,por lo tanto,quedarse sin medalla y sin finalizar.
Si queremos que el síndrome de correr como un loco no nos espere a la vuelta de la esquina y tener éxito en la competición afrontada os recomendamos tres cosas: ir a un ritmo cómodo en cada tramo, no confiarse por la facilidad del recorrido que puede resultar una trampa y sobre todo,pensar antes de llevar a cabo cualquier acción.
Esperamos que os sirva de lección y sobre todo os haya gustado este artículo con el que iniciamos una nueva temporada llena de muchas sorpresas. Muchas gracias por leernos,os mandamos un cordial saludo y como siempre,viva el atletismo y el running.
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